“Emprendo este elogio de la mano como quien cumple con un deber de amistad. En el momento en que empiezo a escribir veo que las mías solicitan mi espíritu, que tiran de él. Están aquí, estas compañeras incansables (…) A través de ellas el hombre toma contacto con la dureza del pensamiento. (…) La mano es acción: coge, crea y, a veces, diríase que piensa”. Henri Focillon, Elogio de la mano